Argentina, con una población que sobrepasa los 44 millones de habitantes, es el tercer país más poblado de hispanohablantes del mundo. En Latinoamérica tiene el más alto ingreso por habitante y el más alto índice de después del de Uruguay. En la cordillera de los Andes que la separa de Chile se alzan varios de los más elevados del continente, incluyendo el Aconcagua, el más alto.
Aunque casi todo el país está dentro de la zona templada, tiene casi todos los climas, desde el tropical del norte y noreste hasta el frío de Tierra del Fuego, Patagonia y las alturas andinas. En la región central ocupada principalmente por las Pampas, el clima es más seco que en el litoral, pero está sujeto a fuertes vientos. El central es en enero mientras que en invierno la temperatura baja de 32F.
La población argentina es un 83% urbana, con cerca del 50% de la población total del país radicada en la provincia de Buenos Aires. La gran mayoría de la población es blanca, con predominio de españoles e italianos, y quizá un 22% procedente de Europa Central.
En Argentina todavía se publican gran número de diarios, periódicos y semanarios culturales. Los diarios La Prensa y La Nación siguen siendo dos de los periódicos más conocidos del mundo hispanohablante.
Las grandes ciudades del país, después de Buenos Aires, son Rosario, centro de la y del y puerto exportador de granos; Santa Fe, importante por su comercio e industria; Córdoba, la ciudad más antigua del país, de rica tradición histórica; La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, reconocida por su refinería de petróleo y su industria de carne; Mar del Plata, centro pesquero a orillas del Atlántico, poseedora de una playa conocida; Mendoza, la gran ciudad de las laderas de los Andes; y Bahía Blanca, el puerto más grande del país, situado directamente frente al Atlántico.
La economía del país depende en gran parte de los granos y carnes que exporta. Afortunadamente, su industria manufacturera de artículos de consumo casi las necesidades domésticas y ayuda a la balanza de pagos, tan afectada por los gastos internacionales de las fuerzas armadas.

Es el país hispanoamericano más pequeño de Sudamérica y el de terreno menos accidentado. En realidad, en el Uruguay no hay montañas grandes: su suelo apenas alcanza 1.500 pies de altura, cortado por unas 450 millas de ríos navegables. El clima es y saludable y la riqueza agropecuaria es fundamental en la economía nacional.
El ganado y vacuno, tan importante en la economía, tiene derecho preferente de tránsito en las vías públicas. Los principales productos agrícolas son trigo, arroz, avena, cebada y caña de azúcar. Pese a la dependencia de la importación de materias primas y de petróleo, la industrialización de productos de consumo interno está bastante desarrollada. Con todo, la exportación de animales vivos, carnes, lana, , pieles y constituye el 60% del total de exportación.
Sus playas magníficas, como la de Punta del Este, frecuentada por turistas extranjeros, especialmente argentinos, ofrecen a la economía nacional un buen ingreso anual.
La mayor parte de sus 3,44 millones de habitantes viven en el sur del país: casi la mitad en Montevideo. mejoró bastante con el retorno del gobierno civil constitucional. La mayoría de los uruguayos es de origen español e italiano. Los mestizos, que ocupan el 10%, están concentrados en el norte del país principalmente. Hay muy pocos uruguayos de ascendencia africana y amerindia. Buen número de mestizos y mulatos cultivan la música, la danza, la pintura y el fútbol.
Por las excelentes condiciones de salud pública, el promedio de vida es de 77 años, el más alto de Latinoamérica. Un 63% de los uruguayos son cristianos, 35% no son religiosos, 1,7% son y 0,1% practican otras religiones.

Este país inicia su vida política independiente en 1811, también a consecuencia de las disensiones internas entre los partidarios de la autonomía política del Virreinato del Río de la Plata. La tradición jesuita, el aislamiento y su condición de región fronteriza condicionan el país al régimen absolutista del primer gran dictador hispanoamericano: José Gaspar Rodríguez Francia, quien dominó el país como gobernante absoluto desde 1814 hasta su muerte en 1840.
La Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) acabó con Solano López y medio millón de paraguayos (la mitad de su población total y de su población masculina). Esta guerra también le costó a Paraguay parte de su territorio, que se repartieron Brasil y Argentina. En la Guerra del Chaco (1932-1935) se enfrentaron políticos oportunistas y compañías extranjeras interesadas en la explotación del petróleo de esa región. El tratado de paz de las : Paraguay conservó las del territorio disputado y Bolivia obtuvo el acceso al río Paraguay.
En 3 de febrero de 1989, después de 35 años de dictadura, Stroessner fue derrocado por el general Andrés Rodríguez. Desde entonces, Paraguay entró en una nueva etapa democrática.
Los seis millones de paraguayos son en su mayoría descendientes de españoles con diverso porcentaje de sangre indígena. Al este del río Paraguay vive el 96% de la población y en la región del Chaco alrededor del 3%, incluyendo unos 20.000 amerindios.
Sus tres grandes ríos navegables son: el Paraguay, que corta el país en dos zonas muy distintas: la oriental, ligeramente ondulada y muy fértil, y la occidental, ocupada por la gran llanura del Chaco; el Paraná, que viniendo del Brasil desemboca en el Paraguay; y el Pilcomayo, que nace en Bolivia, señala en parte la frontera con la Argentina y desemboca en el río Paraguay, cerca de Asunción, la capital del país.
Los cultivos comerciales más importantes son haba de , algodón, trigo y tabaco. La selvicultura de caoba, cerdo, y quebracho emplea el 10% de la fuerza laboral. Los principales productos de exportación son: fibra de algodón (33%), harina de soya (25%), y madera para construcción (7,5%).

La Argentina y el Uruguay de hoy, en general, se sienten más identificados con la cultura occidental que el Paraguay. La mayoría de la población de los primeros es de europea y la del último es mestiza. Los argentinos y uruguayos, sobre todo los que viven en los grandes centros urbanos, se encuentran más a Europa que el resto de la América indo hispánica. Irónicamente, sin embargo, las raíces coloniales y el legado cultural hispánico se reafirman a pesar del fuerte nacionalismo de muchos argentinos, sobre todo de los porteños, como se llama a los residentes de Buenos Aires.
La mediterraneidad del Paraguay, la fuerte tradición guaraní-jesuita y los gobiernos despóticos han sido las causas de su subdesarrollo y regionalismo. Por razones históricas, el paraguayo tiende a ser más y apasionado que sus hermanos hispanoamericanos. La guerra, el y el bajo porcentaje de población masculina han impedido que el Paraguay supere su etapa de reorganización política y de economía incipiente, basada en la agricultura y las maderas.
La crisis político-económica de los países de la Plata, aunque aparentemente tan en cada uno de los tres estados, es básicamente la misma. Descansa en la imposibilidad de liberarse de los factores negativos del pasado. La búsqueda de lo argentino, de lo uruguayo y de lo paraguayo, que en el último análisis son facetas de la gran de la personalidad latinoamericana, llevará al hallazgo de un estilo nacional que se identifique con el modelo latinoamericano continental anhelado por los promotores de la unión continental. Irónicamente, el mismo deseo de alcanzar la universalidad podría conducir al encuentro de una personalidad iberoamericana que conjugue todos los diversos aportes culturales.